DEBEN ADMITIRLO, NOSOTROS TENEMOS EL PODER

Os voy a contar una historia. Desde hace tres o cuatro días, hay en mi sofá una montaña de ropa que hay que doblar y guardar. Como Gloria trabaja, debería hacerlo yo, pero nunca encuentro el momento (sé que me comprendeis).

Y así llevamos tres días, ella dándome la brasa y yo diciéndole "que sí, que te prometo que cuando vuelvas de trabajar la he doblado". Pero nada, no hay cojones, entre playstations, porros y cerveza no encuentro el momento para hacerlo. Realmente es una mierda hacer algo sin que saques algo bueno a cambio. Pa qué pollas voy a doblar la ropa, no me apetece, es aburrido, pierdo el tiempo para otras cosas y me la suda ir arrugao a la calle.

Total, que anoche Gloria me dió un gran ultimatum: "Como yo llegue al piso mañana por la mañana después de trabajar, y esté la ropa ahí... TE VAS A ENTERAR".

Y yo tragué saliva y pensé en hacer un esfuerzo sobrehumano para hacer lo que me ordenaba. Me lo propuse concienzudamente y me dije "Alberto, ha llegado la hora de que lo hagas, hijodeputa".

No obstante, volví a pensar: "Bueno, pero antes una play". Y ese fue mi gran error, porque a la hora y media miré el reloj y dije "¡¡Cago en la puta!!", había quedado a las 11 y eran las 11. Me peiné de un soplo cogí mis cosas y al salir por la puerta eché un vistazo y efectivamente, la ropa seguía ahí, en el sofá, pidiendo que alguien la arreglase.

Entonces volví a prometerme hacerlo cuando llegase de madrugada, para que cuando llegase la señora quedase contenta.

Siete horas más tarde llegué a mi casa con un pelotazo que no sabía ni cómo me llamaba. Me senté en el sofá, miré la montaña de camisetas y calcetines y dije "pppppppppppfffffffffffffff".

Mis horas estaban contadas porque en aquel estado es delito realizar esa labor y Gloria estaba al llegar. Y entonces ví la luz. Se me ocurrió la única forma de que la ropa siguiese allí y que los dos quedásemos contentos.

LE ESCRIBÍ UNA CARTA A GLORIA Y LA DEJÉ SOBRE LA MESA. TRANSCRIBO LITERALMENTE:

"Hola Gloria, que tal? Yo bien.
Mira, que te quería explicar una cosa: resulta que me fui corriendo
al cumpleaños de Sonia y pensé: pues cuando vuelva doblo y recojo la ropa.

Pero... son las 4.50 am y estoy muerto.
Entonces pensé en coger una bolsa y meter toda la ropa y guardarla en el armario para
que no lo vieses y mañana cuando me levantase doblarla y que pareciese que lo hice esta noche.

Pero entonces me surgió una gran duda: "¿Para qué voy a mentir a mi glorilla?"
Lo que voy a hacer va a ser contarte la verdad y doblarla mañana.

¿Sabes por qué?

Por varias razones: porque te quiero y porque no me apetece doblarla ahora. Estoy boracho y necesito descansar.
Un beso mío y de Ludo que te queremos más que el copón."

Y sin más, me acosté. Cuando llegó ella, leyó la carta le hizo gracia y se acostó tan satisfecha.

Y ahí sigue la montaña, esperando que alguien haga algo por ella.

Amigos míos, tenemos un poder de manipulación perfecto. Saquémoles partido, porfavor.